lunes, 21 de septiembre de 2009

IMPOSTURAS RELATIVISTAS Y ESTERILIZACIÓN DEL MUNDO.

Pero otro efecto manifiesto de quienes se llaman relativistas o escépticos es la impostura. Quiero decir que en modo alguno son coherentes con cómo se denominan. Postulan una metafísica por completo inútil. Se declaran relativistas, pero se conducen como absolutistas, como cualquier hijo de vecino ajeno a la instrucción y mal avenido con la razón: sus gustos (no ya sus razones, que no aducen) deben prevalecer, so pena de conflicto social. Dicen, en su calidad de escépticos, no estar seguros de que nada exista, pero todos se guían como personas realistas, respetuosas de las leyes físicas en que todos creemos (ninguno de ellos se arroja por la ventana para demostrar la inexistencia de la gravedad, ni ninguno mete la mano en el agua que hierve). Afirman abominar del concepto metafísico de "lo en sí", pero su cosmogonía implica lo absoluto, lo incondicional. Es decir, todo su credo es pura contorsión nominal y contradicción; una enrevesada metafísica de lo inútil, cuya lectura inspira en uno el dicho de que "para este viaje no necesitábamos estas alforjas".

Sin embargo, y esto es lo peor, su imperio de farfolla (“cosa de mucha apariencia y poca entidad”), tan propio de quien, en el fondo se sabe inútil, no deja el mundo como está, sino que lo esteriliza y descasta. En efecto, tras su paso, la educación de los niños se convierte en un baile de salón por completo inútil; el arte se abisma en la nada por falta de asideros (se niega la belleza, la elegancia, lo maravilloso…); la economía se yergue como un juego de quimeras, como un castillo de naipes; la ética fenece al despojarse la moral de la razón, etc. El mundo necesita el asidero de la universal razón, o sufrirá la fragmentación aneja al arrebato personal: la idiotez.

5 comentarios:

  1. Hola Raus, soy la persona anónima que sigue su blog desde que le encontré, asombrado como yo, en el barco de los sin rumbo. Me han gustado mucho estas 3 entradas suyas, describen a la perfección este relativismo canceroso que amenaza con deconstruir, que es destruir como indica, todo lo que queda de bueno, honrado, amable, hermoso, firme y seguro. Sus entradas son perfectas, certeras, agudas y escritas con precisión. No puedo añadir mucho más, sólo felicitarle.

    Solo diría que a veces me da la impresión de que es el rencor por las experiencias vitales difíciles no superadas lo que lleva a muchas personas a la relativización destructiva de las ideas y del mundo que les dañó y les desencantó. Sobre todo diría que se advierte siempre una rabia contenida, sorda y destructiva, por sentir que la vida es un sinsentido para ellos (eso creo que es lo que fundamentalmente envidian del creyente, lo que les lleva a esa inquina hacia ellos).

    Saber que no serán trascendentes, que todo da igual, tener la certeza de que tras la muerte no hay nada, que las personas se mueven solo por bajos instintos primarios, el negar la grandeza del alma, el negar la voluntad humana para cambiar el mundo, ser conscientes de su propia mediocridad y frustración, carecer de capacidad para amar incondicionalmente, para sentir belleza... el ser desleal y esperar que todos lo sean contigo, saber que no puedes fiarte de nadie pues conoces tu condición humana y la intuyes igual en todos, saber que no tienes valores, despreciarlos y esperar que nadie los tenga, reirte del ingenuo que aún los tiene porque en el fondo lo envidias. Piense en esa clase de vida y cuénteme si no le dan ganas de destruir todo lo bello, a toda la gente buena, a toda la gente que cree firmemente en algo y tiene un sentido en su vida.

    Añadamos a todo esto que, si todo da igual y es relativo, sólo importan las apariencias, con lo cual basta con tener buena imagen y ya puedes alegremente y sin complejos ser un perfecto sinvergüenza. ¿Por qué no decirlo? Muchos de los que viven de estas vacuas apariencias relativistas posmodernas no son mas que sinvergüenzas en mi opinión, expertos en el arte de hablar sin decir nada, de hacer leyes educativas sin objetivos reales, políticos con talante pero sin capacidad de trabajo ni talento que nos llevan a la deriva, artistas sin talento que venden aire y mentiras, pura pose, vendedores de la nada bien disfrazada. Expertos en quedar bien sin hacer nada por nadie.

    Basta hoy en día con presumir de que reciclas, tienes bombillas de bajo consumo, no usas bolsas de plástico y repetir: soy solidario y escucho música solidaria (de 4 pulgosos). Si además eres vegetariano por el bien del mundo y condenas el maltrato animal, que no el maltrato a tus vecinos y familiares (esos dan igual), entonces ya prácticamente eres un santo. Con todo ello ya pareces alguien de fiar, aunque ya digo, seas en tu vida un egoísta incoherente, una mala persona y un perfecto sinvergüenza. Solo me consuela pensar que, al menos en este país, parece que poco a poco cada vez más gente estamos dándonos cuenta del engaño de estos expertos en la pose relativa, solidarios que no mueven un dedo por nadie. Su lema es "yo soy una persona tan maravillosa que tolero todo" (claro, así no tengo que preocuparme por defender a nada ni a nadie, ni esforzarme por construir nada en este mundo que en verdad desprecio).

    Vaya, que no iba a añadir nada y me ha salido esta parrafada. Le dejo este video de humor, relacionado con la relatividad y vaciedad del arte de la que hablaba usted en el otro post. Se titula "el gañan - el arte, mundo de sinverguenzas". Lo realizan los humoristas de la "hora chanante", que son licenciados en Bellas Artes, así que saben de lo que hablan, aunque pongan la verdad en boca del super-héroe pueblerino "el gañán".

    Bueno Raus, que le sigo leyendo que en este blog siempre se aprende. Un abrazo.

    http://www.youtube.com/watch?v=EfV3iu9SWg8&feature=player_embedded

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  2. Magnifico comentario Anonimo.
    Yo llevaba unos dias pensando en que anadir, pero usted ya lo ha hecho perfectamente, asi que no tengo nada mas que decir.

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  3. Son construcciones de marcado sesgo emocional, apenas pueden salir de un museo.

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  4. Una de las cosas mas divertidas de esta vida es observar que los que dicen guiarse sólo por la razón tienen comportamientos de marcado sesgo emocional. Normalmente la gente que se autodenomina "muy racional" (que nunca lo es), niega por principio sus instintos y sentimientos, los desconoce y nunca quiere mirarlos de frente y aplicarles la razón. Al no razonar los sentimientos, éstos los dominan. Hacen cosas por motivos primitivos y sentimentales, pero tratan de justificarlos "racionalmente". Así normalmente los ves como hamsters, correr de un lado para otro, con comportamientos previsibles, y destruyendo su existencia sometidos a los caprichos de otros individuos/as emocionalmente mas desarrollados que ellos.

    La vida a veces es como observar un documental de monos, me divierte observarlos. Muchos "racionales" se comportan en el trabajo y en su vida privada guiados por sentimientos primitivos y subterráneos que desconocen, pero que son obvios para los que aplicamos la razón a lo emocional. Con años de antelación podrías adelantar lo que les va a ocurrir a muchas personas "racionales", que en verdad no controlan sus vidas, explicarles el problema personal que les está haciendo infelices y la solución. Pero no te esfuerces, por experiencia te digo que un cerebro no educado en razonar y admitir sus emociones y sentimientos está concenado a reptir sus estupideces irracionales como el hamster en la jaula. Aparte de que la rigidez mental que surge de la defensa de "la razón" como único motor y explicación de la vida lleva a una inflexibilidad mental que es una condena a la infelicidad.

    Saludos de la misma anónima.

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  5. También yo celebro sus comentarios, Anónima. La nueva entrada, titulada “El legado de la perversión”, recoge parte de sus reflexiones, con las que concuerdo plenamente. Gracias a todos por sus comentarios.

    Veo,Íñigo, que en tu última entrada tratas un tema, el de la evolución, en el que creo poder decir algo. A ver si encuentro un rato.

    Saludos.

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