domingo, 15 de marzo de 2009

DEBATE SOBRE LA MORALIDAD HUMANA.


Estimados amigos, deseo abordar una de las más caras herencias de la ideología posmoderna: el relativismo moral. Nada diré del epistémico, brillantemente refutado, por ejemplo, por los físicos Sokal y Bricmont en su “Imposturas intelectuales”. Sobre el relativismo moral he mantenido largas e intensas discusiones con algunos filósofos en otros blogs. Todavía las mantengo. Han sido provechosas para mí en el sentido de que me han ayudado a afinar mi pensamiento sobre estas cuestiones. No voy a desvelar al lector, de momento, cuáles son mis conclusiones al respecto. Me gustaría conocer las opiniones y razones de los internautas que visiten estas páginas.
Las cuestiones que quiero tratar (y otras anejas que el lector quiera incluir) son éstas:
- ¿Hay actos universalmente buenos y malos para todos los seres humanos, o lo bueno y lo malo son cosas relativas al sujeto?
- ¿Aspiran todos los seres humanos a ser felices?
- ¿Hay cosas que hagan felices o infelices a todos los humanos?
- ¿Existen seres humanos conformes con su condición de esclavos o sojuzgados?
- ¿Existen normas morales válidas para todos los seres humanos o sólo normas morales culturales o individuales?
- ¿Tenemos un sentido de la justicia innato?
- ¿Tenemos un sentido moral innato?
- ¿Por qué delinquimos?
- ¿Es el arrepentimiento un sentimiento innato o cultural (religioso)?
En fin, son muchas las preguntas y todas ellas interrelacionadas y de capital importancia. ¿Ustedes qué piensan? Les espero.

domingo, 8 de marzo de 2009

LAS NIÑAS DE 16 AÑOS PODRÁN ABORTAR A ESPALDAS DE SUS PADRES.

Amigos, no puedo menos que escandalizarme ante la reciente reforma de la ley del aborto. Me pregunto si será posible que algún día dejemos los españoles de ver las cosas desde posiciones tan extremosas. La derecha eclesial más intransigente es, ya se sabe, incapaz de aceptar ningún caso o tipo de aborto. Y la izquierda “prgre” se atrinchera en su radicalidad, convirtiendo la cuestión del aborto juvenil en bandera feminista.
Sin embargo, aquí, lo que está en discusión no es el derecho de las mujeres a abortar o no, o en qué condiciones, sino el derecho de los padres a saber si su hija menor de edad va a pasar por un quirófano para abortar. Esta nueva medida es un paso más en la acelerada desautorización de los padres frente a los hijos. Y está en discusión si las niñas de dieciséis años están capacitadas y son maduras para tomar decisiones de semejante importancia y gravedad.
Además, da licencia a las chicas de dieciséis años para que, sin rendir cuentas a sus padres, tengan las relaciones sexuales que deseen sin protección. Si el resultado del revolcón es un embarazo no deseado, los padres nada sabrán. La cría irá directa al quirófano con el total desconocimiento de sus propios padres.
Los contrasentidos de esta medida no son evaluables en cuatro líneas. Pero sepan los señores promulgadores de estos despropósitos que están escupiendo al cielo y jugando con fuego. Seguramente así ganarán el voto del feminismo de género, pero las feministas también tienen hijos e hijas. Y, antes o después, sufrirán su comportamiento descontrolado, tan propio de la voluptuosa juventud. Ya hablaremos entonces.
Por tanto:
1. Es una medida más para despojar a los padres de su derecho a tutelar y controlar a sus hijos menores de edad.
2. Facilita enormemente que se den las relaciones sexuales sin protección. Es una incitación indirecta a tenerlas. Si se produce embarazo, no pasa nada: el médico lo soluciona sin que se enteren los papás.
3. Anima indirectamente a los chicos (varones) a mantener relaciones sexuales sin condón, pues el miedo al embarazo no deseado disminuye en ellos y ellas.
4. Es previsible un aumento de embarazos no deseados y abortos en la población adolescentes, lo cual aumentará todavía más la conflictividad entre padres e hijos.
5. Utiliza el comportamiento sexual de chicas de dieciséis años como un “argumento” más del feminismo de género. Agrava las diferencias entre hombre y mujer, exacerbadas en falso por políticas demenciales de “género”.

Si todo esto es de sentido común, me declaro totalmente ajeno a él.