domingo, 8 de marzo de 2009

LAS NIÑAS DE 16 AÑOS PODRÁN ABORTAR A ESPALDAS DE SUS PADRES.

Amigos, no puedo menos que escandalizarme ante la reciente reforma de la ley del aborto. Me pregunto si será posible que algún día dejemos los españoles de ver las cosas desde posiciones tan extremosas. La derecha eclesial más intransigente es, ya se sabe, incapaz de aceptar ningún caso o tipo de aborto. Y la izquierda “prgre” se atrinchera en su radicalidad, convirtiendo la cuestión del aborto juvenil en bandera feminista.
Sin embargo, aquí, lo que está en discusión no es el derecho de las mujeres a abortar o no, o en qué condiciones, sino el derecho de los padres a saber si su hija menor de edad va a pasar por un quirófano para abortar. Esta nueva medida es un paso más en la acelerada desautorización de los padres frente a los hijos. Y está en discusión si las niñas de dieciséis años están capacitadas y son maduras para tomar decisiones de semejante importancia y gravedad.
Además, da licencia a las chicas de dieciséis años para que, sin rendir cuentas a sus padres, tengan las relaciones sexuales que deseen sin protección. Si el resultado del revolcón es un embarazo no deseado, los padres nada sabrán. La cría irá directa al quirófano con el total desconocimiento de sus propios padres.
Los contrasentidos de esta medida no son evaluables en cuatro líneas. Pero sepan los señores promulgadores de estos despropósitos que están escupiendo al cielo y jugando con fuego. Seguramente así ganarán el voto del feminismo de género, pero las feministas también tienen hijos e hijas. Y, antes o después, sufrirán su comportamiento descontrolado, tan propio de la voluptuosa juventud. Ya hablaremos entonces.
Por tanto:
1. Es una medida más para despojar a los padres de su derecho a tutelar y controlar a sus hijos menores de edad.
2. Facilita enormemente que se den las relaciones sexuales sin protección. Es una incitación indirecta a tenerlas. Si se produce embarazo, no pasa nada: el médico lo soluciona sin que se enteren los papás.
3. Anima indirectamente a los chicos (varones) a mantener relaciones sexuales sin condón, pues el miedo al embarazo no deseado disminuye en ellos y ellas.
4. Es previsible un aumento de embarazos no deseados y abortos en la población adolescentes, lo cual aumentará todavía más la conflictividad entre padres e hijos.
5. Utiliza el comportamiento sexual de chicas de dieciséis años como un “argumento” más del feminismo de género. Agrava las diferencias entre hombre y mujer, exacerbadas en falso por políticas demenciales de “género”.

Si todo esto es de sentido común, me declaro totalmente ajeno a él.

14 comentarios:

  1. Saludos Sr. Raus
    Discúlpeme por el atrevimiento de añadir unas dudas que yo tengo sobre el tema que plantea.
    Me parece un contrasentido que los mismos grupos que reclaman a voz en grito una mayor implicación del hombre en la paternidad (vaya juego de palabras, como subir arriba y bajar abajo) simultáneamente reclamen la exclusividad femenina en tomar decisiones sobre la cuestión con el argumento de que se trata de su cuerpo.
    ¿En qué momento deja de ser eso y se convierte en la decisión sobre una vida ajena que, para colmo, no tiene voz ni voto?. No hablemos de lo ¿curioso? que resulta si tenemos en cuenta que se trata de una decisión que va a tomar alguien a quien no le permitimos conducir solo, por inmaduro.
    Por otra parte tampoco entiendo muy bien que se censure (con más o menos motivos) como poco responsables a los padres que ignoran detalles de comportamiento escolar de sus hijos mientras que se les pretende imponer por ley que ignoren el hecho de que les han hecho (o no)abuelos.
    Estamos ampliando (ya lo hemos creado) un terreno de nadie con respecto a los menores en el que los padres siguen siendo responsables de los hijos pero con las manos desnudas, sin medios de controlar esa responsabilidad. El estado exige y se inhibe de responsabilidad, los padres son responsables sin derecho (ni medios) para imponer autoridad alguna y los menores son acreedores de los derechos sin responsabilidad alguna. ¿¿¿¡¡¡...!!!???
    Lamento no hacer máyor aporte que plantear preguntas y no dar respuestas.

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  2. Estimado Anónimo, le agradezco mucho sus inteligentes y lúcidos comentarios en este blog tadavía en ciernes. Ahora -lo lamento- no tengo tiempo de añadir más. En cuanto pueda, comentaré sus jugosas aportaciones.
    Gracias.
    Un cordial saludo.

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  3. Fíjese, en efecto, estimado Anónimo, que reclamar más implicación del padre o menos, según los intereses particulares de algunas mujeres y de algunos grupos feministas, es ya una práctica sistemática. Cuando el matrimonio está unido, se pide más implicación. Cuando está separado, se pide todo lo contrario: que el padre deje de existir como tal.
    Entiendo, por supuesto, que hay casos en que el aborto está justificado. Ya conocemos todos esos supuestos en que así es. Pero si esos supuestos no se dan, el aborto no se puede reducir a una simple cuestión de “decisión sobre mi cuerpo”. Pues, aunque el cuerpo de la mujer está implicado, también lo está el de una criatura en ciernes, de modo que, cualesquiera que sean las razones expuestas para abortar, jamás podrá obviarse que el aborto implica la intervención en dos cuerpos. Por supuesto, también entiendo que la fase de desarrollo de la criatura es también un dato crucial a tener en cuenta. No es lo mismo un embrión de pocos días que un feto de, digamos, cuatro meses. Al margen de estas consideraciones, me parece evidente que se trata de un asunto con el que no se debe frivolizar.
    Las feministas de “género” (ojo, que está mal dicho: las personas tenemos sexo, no género) lo han querido convertir en una lucha de hombres y mujeres para salirse con la suya: “ellas deciden sobre su cuerpo, no ellos.” Pero hay un par de objeciones a esa simplificación:
    1. El padre de la criatura también tendrá algo que decir, ¿no? Pues, si la mujer decide tenerlo, entonces sí reclamará la implicación del padre.
    2. No es una cuestión de lucha de sexos, de quién decide sobre si se puede o no abortar, pues la verdad es que también hay muchas mujeres que están en contra del aborto, o en contra, en cualquier caso, de la frivolización del aborto. En tal caso, ¿qué significado tendrá la consigna feminista “nosotras parimos, nosotras decidimos? Nótese que aquí esa consigna pierde sentido. ¿Qué alegan, entonces, las feministas de género ante la oposición de otras mujeres?

    Como usted dice muy bien, es un sinsentido que se pida a los padres prestar atención a los estudios de sus hijos, pero, por otro lado, queden por ley en la inopia respecto de si son o no abuelos. Pues si los padres no tienen voz ni voto en semejante cosa, tampoco tendrán el deber legal (otra cosa es el moral) de encargarse de la hija y el nieto. En fin, tremendo.
    Los padres tienen que educar sin medios, así es. Esto lo he dicho muchas veces en otros foros. Desde el 2004 está penado por la ley que un padre dé un azotazo a su hijo. Un padre que azota moderadamente a su hijo porque éste ha pegado una patada al abuelo, no es, en modo alguno un padre maltratador. La famosa ley del menor también es lenitiva con los críos. Éstos no aprenden que deben responder de sus actos. En los colegios, lo maestros y profesores también se la juegan, maniatados como están ante las gamberradas e incivismo de muchos chavales. Es decir, entre unos y otros, los niños no están aprendiendo a ser responsables. La ley del péndulo está desquiciándolo todo.
    De momento, señor Anónimo, todos tenemos más preguntas que respuestas, me temo.
    Muchas gracias a todos por implicarse en cuestiones que nos conciernen muy de cerca.

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  4. Yo es que estoy fuera de España y las noticias de allí me llegan tarde y como en la lejanía...
    Yo la verdad, ante algo así, ya me quedo sin palabras. La idea es, simplemente una barbaridad, no tiene otro nombre. Es que no tiene ni pies ni cabeza. Yo no sé como allí no sale la gente a la calle pidiendo la dimisión en bloque del "desgobierno".

    Un saludo.

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  5. Así es, slashizzyduff, es un disparate que asombra, indigna y enoja.

    Saludos.

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  6. A mi esta reforma me ha parecido un disparate y una incoherencia, no se les permite votar, conducir, comprar bebidas alcohólicas, pero pueden abortar sin que sus propios padres tengan derecho a enterarse u opinar. No se puede poner únicamente sobre los hombros de una adolescente de 16 o 17 años tal decisión, con la de secuelas tanto físicas como psicológicas que pueden quedar tras un aborto.

    Puesto que hay un límite como es la mayoría de edad para que puedan hacer lo que quieran sin la autorización de sus padres, ¿por qué no se mantiene también este límite para esto? ¿Quién se beneficia con esta medida? Porque los padres y los hijos desde luego que no. Parece que este tema produce más preguntas que respuestas. Un saludo.

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  7. Se benefician los que están ahora en el poder, porque las que ahora tienen 16, podrán votar en las próximas elecciones, porque tendrán 18. Blando y en botella.

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  8. Hola, amigos. Luz V. toca un aspecto de esta reforma que había quedado en el tintero. En efecto, una chica de dieciséis años difícilmente estará mentalmente madura para enfrentarse a un aborto sin el apoyo y presencia de sus padres. La cosa merece pensarse detenidamente.

    Ciertamente, slashizzyduff, la agenda de nuestros políticos suele estar condicionada por bastardos intereses electoralistas. Es probable que la intención de los reformadores (o deformadores) de la ley sea electoralista, pero creo que no han calculado bien su jugada. No si se tiene en cuenta que por cada posible voto de una chica que haya abortado hay, seguramente, varias personas adultas temerosas de los efectos de esta medida legal. Muchos padres, abuelos, tíos, hermanos mayores, etc., puede que se sientan espantados. No dudo de que haya una posible estrategia electoralista, pero dudo de que les salga bien. El número de descontentos yo creo que superará al de contentos. Pero, en fin, tampoco lo sé con certeza.

    Saludos.

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  9. COmo verás yo estoy totalmente en contra del aborto ya sea del tipo que sea.Creo que la vida costó tiempo en que apareciera en el planeta la considero un milagro,y desde luego no hacemos más que destruirla, y por si fuera poco, ahora parece que tambien hay que ir contra los no nacidos, me parece una barbaridad increible. Como medico, tengo pacientes que se han sometido a esta practica y pienso que al ser algo antinatural, ya que nosotros estamos programados a generar vida,cada vez que la destruimos, nos destruimos a nosostros mismos, cada vez que alguien muere de alguna forma nosotros tambien morimos.Apareciendo nuevas patologias que van a acompañar toda la vida. un saludo.

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  10. Hola, María Mercedes. Bueno, yo creo que la vida de la madre debe primar sobre la del feto o el recién nacido si aquélla está en peligro de muerte.
    Ayer mismo escribí un comentario en la entrada que habla en contra del relativismo. Como sabe, en algunas regiones de este mundo donde no tienen manera de conocer el sexo del feto, no les queda más remedio que dar a luz a la criatura. Si es niña (que, huelga decirlo, ya está totalmente formada), es probable que la maten si los cálculos económicos que hagan los padres son algo pesimistas. Es decir, parece que el ser humano comete barbaridades de este tipo en, seguramente, cualquier parte del mundo.
    Yo soy psicólogo y sé de mujeres que han pasado por una grave depresión tras haber abortado, con terribles sentimientos de culpa. Y, en efecto, los padres que en la India o China cometen infanticidio, se sienten culpables, por eso lo hacen en secreto. Será una práctica “cultural”, pero el sentimiento de culpa está ahí. Lo que ocurre (y esto está comprobado en el laboratorio hasta la saciedad) es que los humanos tenemos potentísimos mecanismos psicológicos para autoengañarnos, para “olvidar” o enmascarar nuestros malos actos. Empero, el autoengaño no siempre es posible en todo el mundo. Es la condición paradójica y dilemática del ser humano: comete injusticias al tiempo que sabe que no debe cometerlas.
    Yo, estimada María Mercedes, no soy creyente. Pero ello no me impide reaccionar contra el relativismo moral que nos señorea. De hecho, estoy manteniendo largas discusiones con algunos filósofos relativistas.
    Saludos

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  11. Han transcurrido varios días ya desde que se anunció esta reforma, y todavía no me he encontrado con nadie que esté de acuerdo con ella, sobre todo con el asunto del aborto libre para las menores, cualquier padre o madre con hijas pone el grito en el cielo. Si el Gobierno supuestamente legisla para el beneficio de los ciudadanos, o al menos de la mayoría de ellos, o eso pensaba yo, pues no sé el porqué de esta reforma cuando ya anteriormente el aborto era prácticamente libre antes de los tres meses. Alegar problemas psicológicos de la madre era el coladero por excelencia.

    Con esta reforma se antepone el Estado antes que los padres, el Estado quitando la autoridad a los padres, y luego exigiendo responsabilidad a los padres en otros asuntos. He llegado a pensar que con esta provocativa reforma, quizá quieran que miremos para otro lado ante otras cuestiones también importantes. Una cortina de humo.

    Leyendo a María Mercedes he recordado lo que explican algunos científicos sobre la vida en nuestro planeta, son tan excepcionales las circunstancias en que apareció la vida sobre nuestra planeta, que el que se vuelvan a reproducir tales circunstancias en otro planeta tendría unas probabilidades muy remotas, y más aún si pensamos en vida inteligente.

    Ante todo, por encima de las diferencias culturales o religiosas, lo que se debate es el derecho a la vida, y quién debe decidir sobre ella. Un saludo.

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  12. Cierto, Luz V. El estado se arroga una prerrogativa que sólo corresponde a los padres de un menor ostentar.
    A veces, el asombro es un laberinto del que no se sabe salir. Hay psicólogos, lo juro, que apoyan la reforma de la ley del aborto. Basan su apoyo en que a la edad de quince o dieciséis años, la persona alcanza el nivel adulto de pensamiento abstracto. Y claro, si el pensamiento ya está en su sazón, ¿cómo no dejar que las chicas de dieciséis años decidan por su cuenta y razón si abortarán o no? Ya, pero, en tal caso, ¿por qué no rebajar a esa edad la mayoría de edad legal? Total, si el norte ya puede gobernar el sur, si las zagalas ya tienen la azotea atildada para resolver los asuntos de la entrepierna, ¿no la habrían de tener para elegir al candidato político menos demagogo del momento? Si es que en tales trances los adultos no andamos como mucha más ventaja que los menores.
    El gobierno está haciendo lo posible para dejar huérfanos o semi-huérfanos a nuestros menores. O sin hijos a los padres. El mensaje gubernamental para los padres de chicas de dieciséis años, es claro:
    “señores padres, sepan que, cuando su polluela tenga dieciséis primaveras, ustedes ya no tendrán que velar (ni controlar) sus posibles andanzas sexuales, ni preocuparse de cuestiones tan livianas como la de con quién tiene a bien retozar, ni de si retoza con los medios necesarios para no “coronar rollos con bombo”. Sepan que ya no tendrán que inquietarse ante la idea de que su mini-adulta hija pudiera contraer enfermedades venéreas. Ella, nos dicen los psicólogos de vanguardia, ya puede decidir con la suficiente madurez y discernimiento...”
    Claro, porque si una chica de dieciséis puede abortar sin autorización paterna, es evidente que tiene implícto permiso estatal para no contar a ningún adulto si acomete sus encontronazos amatorios con las debidas cautelas higiénicas. Ya saben, por aquello de prevenirse de fruslerías como el SIDA y otros incordios por el estilo.
    “Qué bien, ya era hora,” pensarán tantos padres aliviados de tan pesadas responsabilidades.
    ¿Y qué pasa si la zagala decide tener al niño? ¿Quedarán los padres legalmente excusados de ocuparse de la hija y el nieto? Parece lógico que cada cual pueda decidir sobre su vida por ser soberano de ella, siempre y cuando la decisión tomada afecte únicamente a quien la tome. Pero hablando de menores dependientes todavía de sus padres, la decisión de tener al niño afectará, y mucho, a terceras personas: a los padres y hermanos de la joven mamá principalmente. ¿Es lógico que los padres no tengan derecho a tomar parte en una decisión que les cambiará notablemente la vida? Si la chica no tiene por qué rendir cuentas a sus padres de su embarazo, ¿por qué tendrían ellos que estar obligados a ocuparse de su hija en cuanto que madre de un bebé?
    ¿Y qué hay del co-hacedor del bombo? ¿Qué hay del chaval u hombre que yaciera con la susodicha? El gobierno dispone que éste no tenga ni voz ni voto sobre la decisión de tener o no al niño. Si la chica decidiese no tenerlo, él tendría que callarse, incluso aunque desease tener al niño. Si la chica decidiese tenerlo: ¿quedaría exento el padre de la criatura de sus funciones paternas o tendría que asumirlas si la novia lo requiriese? Sabemos la respuesta, y no es justa.
    He aquí un caso en que la ley ordena que una de las partes disfrute de todos los derechos (la hija de dieciséis años), mientras que a las otras (padres de la chica y el novio de ésta) sólo les corresponden deberes y obligaciones.
    Sí, señor, así se legisla.

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  13. Sr Raus,creo que todo esto es una locura, debo de estar vieja, ya casi no entiendo nada,cada dia los problemas que oigo en mi consulta me resultan más dificil de solucionar, y eso es triste, mandamos el trankimazin sin cesar,sin él el hombre no parece sobrevivir, la sencillez está desapareciendo,y nuestro cerebro no está diseñado para todo este trote,estamos diseñados para respirar, contemplar, pensar, trabajar algo, y sobre todo para disfrutar de todo los que nos rodea y agaradecer al universo nuestra presencia,en fin como me decia hoy un paciente¿ha visto usted el anuncio de la cocacola? -si, le respondí, ..solo cuando te haces mayor te das cuenta de que la vida es demasiado corta....

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  14. No, estimada amiga, no es que usted no entienda nada, es que entiende demasiado.

    Saludos.

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